lunes, 1 de junio de 2009

Rainbow.


Debajo de la luz del sol se refleja cada imperfección de hasta el cuerpo más (casi) perfecto, por eso es que cuando mi cabeza necesita pensar y reflexionar, no tengo nada mejor que sentarme abajo del sol con mi paleta de colores, mis pinceles y vos.
Cada destapar de un pomo de pintura, abre un nuevo cielo infinito del ocre al magenta y del magenta al siena sin escala.
Vuelco el verde, y mi pincel te garabatea un prado, para que descanses, para que te acuestes en él, para que el aire renueve tus pulmones.
El cyan y el blanco se hacen uno, y te pintan un cielo celeste, puro, que te dibuja una sonrisa, y que de él sentís una brisa suave, que no sabés de donde viene, pero que te relaja cada músculo de tu cuerpo cansado, que te hace sentir pleno, único.
Sobre mi cabeza caen chispas de rojo, que te inventan un paraguas, por si en la pelea entre el cyan el blanco gana la carencia de luz, y tu cielo perfecto se llena de nubes, te sentís protegido, nada puede arruinar tu momento de paz, nada puede arruinar mi pintura más perfecta.
Se derraman miles de colores en minúsculas partículas sobre el horizonte y entre tus orejas revolotean las mariposas que te hacen cosquillas y te hacen sentir acompañado, abren sus alas destellantes y te abrazan el alma, para elevarlo más allá del alba y hacerlo volar, muy alto, inalcanzablemente alto. Tenés los ojos cerrados, y el cuerpo lleno del placer más tibio.
Se funden entre mis dedos todos los colores de mi paleta, y me pinto sobre el cuerpo, amalgamo las luces, las sombras, todo es equilibrio, nada puede estar mal, me pierdo en tu paisaje perfecto, formo parte de él, nunca te sentiste tan completo, nunca sentiste lo que es que alguien te invente un lugar adonde ir a descansar, nunca pensaste que ese lugar fuera tan cercano, nunca pudiste percibir que tu punto más sublime de paz sea entre mis colores, entre mis manos, entre mi cuerpo, nunca imaginaste que yo podía hacerte la persona más feliz, la más perfecta, ni el sol más puro te arruina la piel; tu imaginación nunca llegó al punto de pensar que alguien pueda llegar a quererte tanto limando todas tus imperfecciones hasta convertirlas en curvas perfectas, fantásticas para recorrerlas. Te sorprende comprender que una persona te imagine tan desnuda el alma, te sorprende tanto que te asusta, y que no la dejás entrar.
Déjame entrar.

Natalie.