Te siento tan triste, tan infelíz, recibo de vos las ganas de no estar como querés y usas la ironía la perfección para ocultarlo, pero sé que no es así, yo leo tus pensamientos y te noto triste, muy triste, me gustaría poder hacer algo para que sacarte una sonrisa, pero vos no me lo permitís, mis días se tornan de un gris oscuro al no ver brillar tu luz.

-Yo lo tenía conmigo, lo adoraba lo cuidaba, hasta que un día se fue. Lo esperé pero nunca regresó, ¡Qué triste me sentía sin tenerlo a mi lado cada día al levantarme!, él me daba más de lo que un ser humano podría dar, era agradecido de por cierto. Lo sacaba a pasear cada día, y lo acariciaba para que se duerma, me comunicaba todo con la mirada. ¡Cuánto lo amaba!, ¡Cuánto lo amo aún!, en las noches cuando me voy a dormir, sólo pienso en levanatarme al otro día y que todo haya sido una pesadilla, cómo suele pasar, que a uno lepasan cosas horribles en un sueño, se levanta sobresaltado, angustiado, pero que felíz que te hace darte cuenta que todo fue un sueño. Desearía que me pase eso con vos ahora. Estás siempre conmigo aunque me hayas dejado, creí haber logrado educarte, pero no fue así, porque me abandonaste. Igual siempre vas a ser parte de mi, porque nunca te voy a olvidar y vas a estar en cada acción que intente hacer. Pero bueno cuándo te vea mañana ya te lo voy a decir.-

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