lunes, 5 de mayo de 2008

Crónica de un Hincha

Con ansiedad espero ese momento, cada día, espero ese momento. Espero ese lapso corto de tiempo, que a veces se hace interminable, lo siento en cada parte de mi cuerpo cuando está por llegar, lo palpito en cada segundo desde que re dejo, hasta que volvés a mi. Tiemblo. Estás por salir. Me emocionó. Estás saliendo. Te veo, me vuelve el alma al cuerpo. Te hablo en cada canto, te transmito todo lo que siento en cada aplauso. Te acomodás, te movés para que ni el frío ni el calor te desequilibrien. Espero. Esperás. Los nervios me taladran la cabeza. Empieza. Le volvés la vida a miles de personas, para que se quede ahí durante todo el encuentro. El ritmo se hace cada vez más rápido, me lleno de adrenalina, te veo ahí siempre tan respetado. Siento en mi cada roce, cada dolor, me mimetizo por completo, me siento parte de vos, una parte infalible, una necesidad. Presto atención, analizo la situación, miro en mi cabeza lo que podría llegar a pasar. Me transmitís tus nervios, tu cansancio, y a mi me tiemblan las piernas cuando pasas el campo contrario, me quedo sin respiración cuando pisás la medialuna. Me cae una gota de sudor frío por la frente. Espero. Miro atentamente. Se para el tiempo, se rompe el reloj. Centro, toque, veo tu sonrisa, tu baile simpático, veo inflada la red, vuelve todo a funcionar, circula nuevamente mi sangre, le devolvés mi alma al cuerpo. Grito. Grito con euforia, descontrolada, me siento completa, llena, feliz. Sos eso único que me puede hacer latira rápido y lento el corazón al mismo tiempo, sos eso único que me hace sentir especial, sos eso único que hace volver tierna cada lágrima que corre por mi mejilla cuando la situación es a la inversa. Primer tiempo terminado, un resultado parcial, me siento, descanzo, fumo, vuelven mis pulsaciones a su estado original. Cierro los ojos pensando en eso que espero hoy de vos. Sueño. Me despierta el grito ensordecedor de los que sienten lo mismo que yo. Otra vez ya sos mi dueño, me agito, me canso, me agoto, pero nunca bajo los brazos. Con ansiedad, angustia o felicidad, perfora mis oidos un sonido recto, agudo y esperado. Ganaste, me regalás la felicidad que perdura hasta la próxima, me indicás que hoy cumplí bien mi función. Perdiste, te amo más, me siento más necesaria para vos que nunca. es cuando pienso que nunca te voy a fallar, que nunca te voy a abandonar, que no me importa lo que digan, que no me importa el resultado, que no me importa la posición, que lo único que mi importa es volverte a ver, y en esa espera volver a sentir sólo lo que vos producís en mi, un verdadero sentimiento.
Gracias River, gracias por tanto.

-River, River de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón.-
Te amo.

Natilu__