sábado, 21 de febrero de 2009

Ojalá.

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan, para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que vaga por tu cuerpo.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto, una luz cegadora, un disparo de niene.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto para no verte siempre, en todos los segundos, en todas las visiones.
Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.
Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esta vos.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
A tu viejo gobierno de difuntos y flores.


Ismael Serrano

365 días-

Si cada hoja que cae de un árbol en otoño valiera una caricia tuya, las juntaría una por una y las guardaría en un cajón.
Si cada margarita que nace en primavera se pudiera canjear por una sonrisa de las más lindas que conocí, recorrería jardín por jardín arrancando una por una, y las guardaría en un cajón.
Si cara naríz colorada en invierno fuera la tuya, pasaría día u noche fotografiándolas y luego las guardaría en un cajón.
Si cada amanecer de verano sería con vos al lado mio, no dormiría esperando que salga el sol, y encerraría esos momentos en un cajón.
Y cuando mi cajón se complete de vos, te lo regalaría, para devolverte cada una de tus cosas y borrarte de una vez de mi vida, aunque tire por la borda el sacrificio de 365 días.

Natilu.