sábado, 8 de noviembre de 2008

sólo 192 horas.

Te vas a ir, te fuiste.
El sentimiento es ese común al de todos los seres humanos, angustia, angos, significa que se te cierra la garganta en términos vulgares, por eso la sensación de no poder respirar. Por eso no puedo respirar, el aire se hace espantosamente denso y tu ausencia de horas se hace presente en mí. Es rara la sensación de extrañarte sabiendo que pasaron sólo unos momentos y que faltan mucho más para que vuelvas, la respuesta es el saber que estás lejos, no es que te extrañe por tu ausencia sino porque sé que te tengo lejos, muy, lejos. Te veo, en la televisión, en los sueños, en un mensaje, en una película de amor, extraña es la capacidad de producirnos dolor sin la menor necesidad. ¡Quiero que no vuelvas nunca más!, para extrañarte, que ese sentimiento disminuya y luego olvidarte para siempre, que no existas en mi vida, que seas sólo un recuerdo más. No es más que una mentira para convencerme de que esto nunca pasó, porque me hacés tan feliz que tengo miedo de que no funcione. Todo el mundo sabe que siempre hay algo que falla, nosotros sabemos que tenemos muchas cosas en las que fallamos, y que últimamente no estabamos bien como antes, pero también, sabemos que podemos estar bien, que tenemos esa capacidad, que somos complementarios y que tenemos que dejar nuestras inseguridades de lado para ser personas coherentes en sus actos y ser felices efímeramente de más está decir. Sabés que te voy a estar esperando como siempre, y que estos 86 días no fueron en vano quiero creer. Una vez una amiga me dijo que para que algo siga existiendo tiene que haber disposición de las dos partes y ya sabés que de mi parte hay disposición y que algo de la tuya debe haber también para que esto continúe. Por eso pretendo que prendamos las chispas de eso que sentimos para que la llama crezca y siga iluminándonos. Tenemos más de una semana para pensarlo, más de una semana para extrañarnos, más de una semana para creer que el nosotros pueda llegar a existir. Sólo me queda decirte que tengo esperanza en ese nosotros y que te quiero mucho para perderte por simples descensos de mi lóbulo temporal.

Natilu