martes, 23 de diciembre de 2008

Era todo, lo pregunté,
soy una ilusa.
No nos dimos nada más,
sólo un buen gesto.
Mordí el ansuelo una vez más,
siempre una ilusa,
nuestra estrella se agotó,
y era mi lujo.
El fue por esta vez,
mi héroe vivo bah,
fue mi único héroe,
en este lío.
La más linda del amor,
que un tonto a visto soñar,
metió, metió mi rock and roll,
bajo este pulso.
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La hija del fletero, linda, infinita,
volvió a Madrid donde parece que es feliz,
ese día me mandó al descenso,
recuerdo como su mirada me voletó.
Pero dos que se quieren se dicen cualquier cosa,
¡Ay si puedira recordar sin rencor!
En mi buzón hay un par de cartas suyas,
fueron juntándose y no tuve el valor.
Todavía su amor me da descargas,
nunca tuvo un higo seco junto a mi,
pero a los ciegos no le gustan los sordos,
y un corazón no se endurece porque sí.
No calentás la misma cama por dos noches,
me reclamaba, y no la quise oír,
hice de todo por impresionarla,
y deje huérfano todo su penar.
Pero dos que se quieren se dicen cualquier cosa,
¡Ay si pudieras recordar sin rencor!.
No me gustó como nos despedimos,
daban sus labios rocío y no bebí.
Sopa de almejas es todo lo que como,
siempre fui menos que mi reputación.
Pero a los ciegos no le gustan los sordos,
y un corazón no se endurece porque si.

Ser redondo...