lunes, 23 de junio de 2008

La doctora II

Ya no me encuentro preguntando sobre amor;
por fin no hay nada que pretenda no saber.
Entiendo que no hay relación entre amar y envejecer.
Ya no me encuentro preguntando cómo dar;
por fin comparto, por el miedo de perder,
el milagro de tus caricias llegando el amanecer.
Ya no me encuentro contestando“yo que sé?”,
por fin entiendo que en tus redes yo caí.
Ya no me encuentro preguntándome un “por qué?,
por fin entiendo de una vez el porque sí.
Porque te vi, te deje entrar, cerré la puerta y te elegí.
Porque esos 2 faroles pueden hacer, que si estoy fané,
las pequeñas cosas, se bañen del brillo de esa ternura,
que transmitís cuando me mirás.
Hoy puedo entender que te gusta el té,
que odias el café, que no querés rosas,
que a pesar del vértigo no hay altura que impida que me saque el disfraz.
Tirando a matar, dándonos changüí, puro razonar, puro frenesí.
Siempre fue así nuestra historia,
que funcione o no, que esté bien o mal,
vivirlo con vos para mi es la gloria.
Sin escatimar, sin darnos de más, sin acelerar, sin tirar pa’ atrás.
Siempre fue así nuestro asunto;
le falta de acá, le sobra de allá, retocándolo, pero siempre juntos.
Ya no le temo a ese cagón que habita en mi,
ni a sus ataques tontos de furia precoz;
distingo excusa y resultado,
y hoy elijo estar con vos.
Ya no me encuentro figurando en el veraz,
por fin no debo más de lo que va a venir;
pago el precio de tenerte, darte amor y ser felíz.
Ya no me encuentro contestando un“yo que sé?”,
por fin entiendo que en tus redes yo caí.
Ya no me encuentro preguntándome un “por qué?”.
Porque te vi, te deje entrar, cerré la puerta y te elegí.
Porque me es imposible imaginar agonía más cruel,
más aterradora que mi canto y tu danza alejándose;
Uno arriba del tren y otro en la estación.
En los momentos en los que quiero escapar,
de mi propia piel, vos sos mi doctora;
con tu panza y mi panza rozándose
no hay poeta que no haga una canción.
Tirando a matar, dándonos changüí, puro razonar, puro frenesí.
Siempre fue así nuestra historia, que funcione o no,
que esté bien o mal, vivirlo con vos para mi es la gloria.
Sin escatimar, sin darnos de más, sin acelerar, sin tirar pa’ atrás.
Siempre fue así nuestro asunto;
le falta de acá, le sobra de allá, retocándolo, pero siempre juntos.

Te quiero.
Las pastillas del abuelo-La Doctora II

mal.

Mal mal mal me siento mal. Estoy mareada no puedo enfoncar, sólo me queda dormir y reposar,
gracias por estar.