martes, 31 de marzo de 2009

300

Cansada de morderme la lengua para no hablar de más.
Demasiado para decir y pocos destinatarios.
Las noches se hacen densas no pudiendo conciliar el sueño,
con un nudo en la panza, con la garganta cerrada y la lengua lastimada.
Aburrida de hacer cálculos y cuentas para poder saber hasta cuando,
con la impotencia de saber que no depende de mi,
con un entorno que me empuja y una sociedad que te impone.
Y no me importa.
Y me paro frente a la montaña y la empujo,
y creo que la muevo,
pero bien sé que no muevo montañas,
que no puedo manejar los corazones,
pero intento y fracaso, y vuelvo a intentar,
y ya sabemos como sigue el descenlace.
Escribir ya no me ayuda,
ya ni tengo inspiración,
eras el ángel que me había salvado,
ahora sos el ancla que encalló mi barco.

Nattttttttt.