martes, 7 de julio de 2009

Tcnlg.

No debe ser difícil de notar, que cada vez que escribo es para hacer catarsis, el que analice mis textos, tiempo, días, frases, palabras, (always the same) notará mi estado en cuánto a todo tipo de sentimiento en esos momentos. ¿Qué predecible no?, que delirante...



La cabeza como siempre, como siempre la cabeza, otra vez dada vuelta por un simple conjunto de palabras, por un puto texto. Es casi increíble la capacidad que tenés para cambiarme, yo creyéndome tan segura como siempre, que ilusa, otra vez. Definitivamente y por una puesta en común entre mi yo, mi superyo y mi eyo, no tenías ningún tipo de necesidad, de abrirme el horno antes que se haga la torta, (qué metáfora más pedorra que usé), pero es así, me bajaste de donde estaba, de mi explendor, de mi rutina, de mi soledad, de mi y a n o e s t á s e n m i c a b e z a
, hisiste volver los c a l a m b r e s e n e l a l m a, digámos la verdad, no había sido el día indicado, después de que te das cuenta de qué tu mejor amigo, no piensa lo mismo de vos y pretende un changûi, decís, ¡Mierda!, que confundida estaba, con vos y con todos la pucha. Hasta que cae del cielo por una red de circuitos electrónicos unidos por ondas electromagnéticas de una compañía privada extranjera a la cual habré de pagar todos los meses para que esa red inalámbrica no me deje afuera del circuito, si exactamente, cae del cielo un mensaje de texto, UN MENSAJE DE TEXTO, insignificante, pequeño, sin sentido interrumpiendo Harry Potter y la cámara de los secretos inmerso en un sábado tenue apagado por la gripe H1N1... Abro tapa, código, mensaje, (pensamiento pfff que desubicado, ja ja ja), hasta que llegué al remitente y........caaaaaaaaapluuuuuuuuuuuuuuum, no podés ser vos, maldita red inalámbrica, electrónica, electromagnética manejada por fucking ondas cancerígenas no te podés haber equivocado el puto remitente esto no puede ser, tecnología re podrida, otra vez tener que ir a psicólogo para hacer de cuenta que supero cosas que son insuperables con mi débil capacidad de olvidar.


¿Tanto puede mover un mensaje de texto? No, lo que me mueve es que sea tuyo.
¿Sabés porqué? Porque te extraño.
¿Sabés porqué? Porque sos la persona que completa mi sonrisa.
¿Sabés porqué? Porque me hacías muy felíz.
¿Y porqué no estás con él? Porque no soy la única inmsera en un mar de redes electromagnéticas dispueta a pagarle a una multinacional por recibir mensajes inesperados en momentos inoportunos. O podríamos decir, que EXISTE LA COMPETENCIA Y EN ESTOS MOMENTOS NO ESTOY PARA COMPETIR.

Natilú.