sábado, 5 de septiembre de 2009

Quizá la más querida.

Me diste la interperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,

el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.

Fue una letra de tango
para tu indiferente melodía.


Quizá la más querida, Julio Cortázar.



Tal vez lo leas, tal vez no, este poema del amor de mi vida fue escrito en este humilde blog para dedicárselo a mi querida amiga Danila, para que lo lea y lo interprete, y quizás lo entienda porqué se lo dedico a ella. Te adoro con el Alma Danilú.