viernes, 22 de agosto de 2008

Bariloche


Gracias a Bariloche por ayudarme a lavarme la cabeza y dejar de pensar en cosas que realmente no valen la pena, espero que la vuelta a Quilmes no me traiga los mismos problemas.
La bizarría que trae el "descoque" barilochense es incalculable, sin palabras como dicen todos, te lleva a hacer cosas que en tu vida pensaste que serías capaz de hacer, por suerte no es mi caso, no hice nada de lo que me pueda arrepentir, pero a simple vista y adelante de tu cara ves las cosas que pasan, y las cosas que hace la gente. Es raro, es lo "inigualable de bariloche".


No extrañe nada en realidad, no sirvo para mentir, asi que no voy a inventar, me hubiera quedado 20 años más allá con mis amigos y la gente que me hizo tan bien en estos 11 días.


Volví renovada, con la cabeza un toque más limpia, espero que dure, aunque sea, un poquito más-